Capítulo I: Moda y Sociedad (parte 2)

Ahora que ya sabemos qué es la apropiación cultural, podemos retomar el tema y conocer otros casos en los que los fashionistas se pasaron de la raya.

• Isabel Marant: En su línea secundaria, Isabel Marant Etoile, sacó una blusa en la colección primavera/verano de 2015 con un estampado idéntico a un diseñotradicional de la comunidad mexicana de Santa María Tlahuitoltepec. La diferencia del coste entre la mexicana y la de lujo era de 4.200 pesos mexicanos (197,65 euros). Se desencadenó un espiral de denuncias, patente del estampado, derechos de autor...

Comparación blusa mexicana con la de Isabel Marant

• Vogue Italia: En un número de 2017, la edición italiana de Vogue quiso rendir un homenaje con un editorial dedicado a la belleza de la diversidad en sus páginas. ¿Qué se les ocurrió? Disfrazar a la supermodelo Karlie Kloss de geisha. Utilizar la imagen de una modelo estadounidense y blanca para representar a la cultura asiática en vez de contratar a un modelo de ese continente.

Karlie Kloss en Vogue Italia

Karlie Kloss en Vogue Italia

• Revista Fucsia: Quisieron hacer un homenaje al Petronio Álvarez en uno de sus números, pero en la portada sacaron nada menos que a la modelo Julieta Piñeres, blanca y sin raíces en el Pacífico. ¿Homenaje cuando en la misma portada no representas a la comunidad colombiana del Petronio? Además, en el editorial sí había fotos con personas representativas de la zona. No se entiende la elección, más que mirándolo desde la apropiación cultural.

Portada de la revista

• Prada: la firma de lujo sacó a la venta un línea de accesorios llamada "Padramalia", con caras de dibujos y juguetes negros con labios rojos, un sello tradicional para representar a la raza negra, no muy acertado. ¿El precio? 500 euros por unos muñecos tintados de racismo (involuntario, pero racismo).

Comparación de accesorio de Prada con muñecos blackface

• Gucci: Otro caso de racismo. En este caso, diseñaron unos jerseys negros con un largocuello que tapaba la mitad de la cara, a modo de pasamontañas, con una franjaroja rodeando los labios. Otra muestra del blackface.

Prenda de Gucci emulando el blackface

Está claro que es un tema de debate en toda regla. ¿Mi opinión personal? Creo que, como en casi todo, depende de la situación; por una parte, como amante de la moda, creo profundamente en la inspiración de los diseñadores y creativos para crear, ya que es prácticamente imposible inventar algo tan básico como una prenda de ropa o un accesorio partiendo desde 0, sin haber tenido una motivación dada por la visita a una ciudad, por haber escuchado una canción de un género determinado, de haber conocido a alguien diferente… Para todo en la vida buscamos y necesitamos referencias. Y la moda bebe de las referencias, en este caso culturales, casi al completo.

Por otra parte, desde la parte más concienciada, denuncio desde mi humilde posición de simple observadora de este mundo que si te inspiras en algo debes dar crédito a ese algo. Una nacionalidad, una cultura entera, un grupo oprimido o discriminado, un producto local… Es muy bonito decir que te has inspirado en la cultura pero si simplemente lo dices o ni siquiera eso, y te aprovechas de esa cultura o trabajo para tu beneficio económico (en el caso de estas firmas de moda son millones de dólares) pues igual ya no todo vale en el mundo de la moda.

Aun así, a los que nos gusta cualquier ápice de este mundo, se nos presenta un gran dilema cuando saltan casos así, porque creemos (creo) que es fascinante poder ponerte un simple vestido que tenga algo especial para ti, poder elegir cualquier prenda o accesorio con total libertad. Y esa libertad se puede perder si alguien te dice que no te puedes poner cosas de otra cultura o país. Pero no es tan liberador cuando el estampado que tu estás luciendo gracias a una firma de moda famosa, y del que estas tan orgullosa porque has subido a Instagram una foto con él y es tu foto con más likes, en otra parte del mundo, una región marginada de México por ejemplo, a las mujeres y personas de esa comunidad se las señala en la calle y se las aparta de la sociedad por ser como son. Por eso, debemos preguntarnos a nosotros mismos en caso de duda: ¿robo o inspiración? ¿homenaje o apropiación cultural?